domingo, 30 de noviembre de 2014

¿Por qué Podemos SÍ debe presentarse en Catalunya?



La candidatura ciudadana hija del 15-M ha demostrado ir muy en serio, y aún sin líderes territoriales visibles ni programas definidos ya es primera fuerza en intención de voto en las generales, y se halla entre las 3 primeras en todos los sondeos autonómicos. La fuerza se halla en formación, y a través de los círculos y las asambleas en los últimos días está conformando los consejos ciudadanos en todos los municipios donde tiene presencia. Hoy se acabarán de presentar las candidaturas a los consejos ciudadanos, y a lo largo de diciembre serán votados en Plaza Podemos. Y a partir de mediados de enero de 2015 ya podremos decir que hay partido, que hay candidatura, y que se está trabajando con las entidades ciudadanas para plantear el proyecto de cambio que tiene intención de materializarse a lo largo del próximo ciclo de comicios electorales.

Sin embargo, existen numerosas voces, sobretodo en Catalunya, que dudan de la conveniencia de que Podemos presente candidatura en todas las autonomías. Un ejemplo claro lo tenemos en el último artículo de El Disidente. Sin embargo, por primera vez desde que soy lector suyo, siento discrepar con El Disidente, al menos sólo en parte.

Entiendo su posición, pero ésta está fundamentada en un análisis basado en las circunstancias presentes en Euskal Herria. Efectivamente, el espacio rupturista de izquierdas ya está ocupado por Bildu, y Podemos podría dividir un voto cohesionado y que ya está trabajando por el cambio. Pero irónicamente, Bildu aplaudió el surgimiento de Podemos, siendo la única fuerza que puede decir que ya está representando una mayoría por el cambio. Pero ese es otro tema.

Como ya he dicho, efectivamente ya existe otro proyecto similar en Euskal Herria, y por tanto la conveniencia de que Podemos presente candidatura es debatible, pero como conocedor también de las realidades político-sociales de Galiza y de Catalunya, debo decir que Podemos no sólo es necesario que presente candidatura en ellas, sino que es vital.

¿Y por qué afirmo eso? Pues por una razón muy sencilla: porque no hay ni en Catalunya ni en Galiza un proyecto de ruptura mayoritario. Existir existen, y en Catalunya tenemos a las CUP, pero su presencia es minoritaria, pese a que socialmente están muy presentes y trabajan en los municipios de forma muy activa. Pero desgraciadamente, pese a que su programa rupturista es excelente, no son ni creo que sean nunca una opción mayoritaria, ni a corto ni a medio plazo. De hecho, las propias CUP son conscientes de ello, y por eso priorizan la lucha en la calle y el municipalismo por encima de los comicios autonómicos. Por otro lado, en Galiza existe la Alternativa Galega de Esquerda (AGE), liderada por el veterano ex-líder del BNG Xose Manuel Beiras, pero ésta tiene serios problemas para crecer e implantarse socialmente, entre otras cosas por ser una "sopa de siglas" al estilo IU.

Ni en Catalunya ni en Galiza existen proyectos mayoritarios de ruptura que puedan ser equivalentes a Podemos, y los proyectos de ruptura que sí existen son muy minoritarios o priorizan la lucha por otras vías. Por eso, ¿qué pasaría si Podemos no se presentara en dichas tierras? En el caso de Galiza, que o bien volvería a ganar el PP (la opción más probable), o bien, en el mejor de los casos, tendría una mayoría simple un tripartito formado por el PSdeG (a la deriva, como casi todas las filiales del PSOE), de la AGE y del BNG (en profunda crisis también), el cual en los últimos años está siguiendo una tendencia similar a la de ERC, convirtiéndose en el PSOE de Galiza, igual que ahora ERC es el PSOE catalán. En Catalunya, el modelo de Estado de CiU para Catalunya es idéntico al del PP para España, y el modelo de Estado de ERC es idéntico al del PSOE, así que pese a ser soberanistas no son candidaturas rupturistas, cosa que sí es Bildu.

Así pues, sin Podem, en Catalunya tendríamos una hegemonía inquebrantable de CiU y de ERC, a los cuales no les ha temblado el pulso para firmar recortes, recortes y más recortes, y lo peor de todo, sin tener siquiera la dignidad de afrontar su culpabilidad. La culpa siempre es de Madrid. Podem es más que necesario en Catalunya, ya que es vital una opción de clara ruptura frente al semi-rupturismo ambiguo de CiU y de ERC, que en realidad se basa en "cambiarlo todo para que todo siga igual". Pese a que consiguieran la independencia, cosa muy difícil que pase con el PPSOE en el gobierno de Madrid, ésta sería para crear una mala copia menor de España, una Catalunya "independiente" atada por el BCE y el FMI, obligada a seguir pagando una deuda ilegítima y con los recortes por bandera, y devaluando los derechos sociales aún más con el objetivo de abaratar la mano de obra para hacerla atractiva a inversores extranjeros. Y lo peor es que la mayoría de sus votantes no son conscientes de ello, y están convencidos de que la crisis se arreglaría con la independencia. No digo que una independencia de ruptura total no fuera una solución (de hecho, estoy convencido de que lo sería), pero ni CiU ni ERC proponen independencias de ruptura. Y lo peor de todo, existe una parte muy importante de CiU (y en menor medida, de ERC) que creen en una "superioridad" de Catalunya frente a España, y que están muy convencidos de que una Catalunya independiente dejaría de ser un país expoliado, como España, y pasaría a ser un país expoliador, como Alemania. Y de hecho, eso puede leerse entre líneas en la propaganda de la Generalitat, que abogan por una potencia económica de Catalunya que está lastrada por España, y muchísimas catalanas y catalanes están convencidos de que así es.

Y respecto a que no existe un posicionamiento oficial de Podem respecto a la cuestión plurinacional ibérica, pues debo recordar a mi amigo El Disidente que Podemos se halla en formación. Por medio de las asambleas y los círculos se está construyendo el programa, y seguramente tendremos un posicionamiento mucho más claro de la pluralidad nacional a lo largo del año que viene. Es necesario tener paciencia y seguir participando, pero sobretodo no caer en la mala praxis que están ejerciendo los medios de exigir a Podemos mucho más de lo que se exige a los demás partidos, sin estar Podemos todavía completamente formado ni implantado, y sí estándolo el resto de fuerzas. En Podem existe gente que es independentista, y gente que no lo es, pero que comparten la necesidad de ruptura.

Y lo que es más irónico de todo, la vía más factible para lograr la independencia catalana sería con Podemos en el gobierno, ya que una cosa sí que está clara: para Podemos, el derecho de autodeterminación de Catalunya (el famoso "dret a decidir") es innegociable. Y eso ya hace que no sea ningún problema en el puzzle plurinacional ibérico.

Además, Podem ya es tercera fuerza en intención de voto en el parlamento catalán, segunda en caso de que Mas lograra su "candidatura unitària". No creo que hagan falta más datos para demostrar que en Catalunya queremos a Podem, y no solo lo queremos, sino que lo necesitamos.

ECG.

jueves, 9 de octubre de 2014

La Historia como arma arrojadiza



Hace un par de semanas, en una de sus clases, la doctora Maria Rosa Congost compartió con nosotros un artículo escrito en el diario ARA del doctor Josep Fontana (del cual, por cierto, tengo pendiente de leer su último libro, "El futuro es un país extraño"). En este blog hay una transcripción del artículo - que, por cierto, es en catalán - para quienes no puedan acceder a la web del periódico.

Aunque invito a todo el mundo a leer el artículo, para el público más holgazán haré un resumen de lo que viene a explicarnos el discípulo de Vicens Vives: que en ocasiones uno se encuentra con personajes que descalifican de forma muy gratuita en los debates y discusiones y que rechazan acríticamente toda fuente de información alternativa que se les ofrezca, habiendo sido él mismo víctima de dichas descalificaciones. Creo que muchas y muchos nos hemos encontrado alguna vez con alguien que desprecia nuestra opinión basándose en un argumento historiográfico falaz, y que cuando invitamos a la persona en cuestión a leer otras fuentes más objetivas para tener una segunda opinión sobre el tema (citándoselas y todo), la persona se niega en redondo a aceptar ningún argumento, por contrastado y veraz que sea, y acepta tan sólo los argumentos que quiere oír, y desgraciadamente siempre hay literatos que ofrecen a este público escritos panfletarios que tienen de científicos lo que yo de modelo de lencería.

Para los no-catalanófonos, paso a citar parte del primer párrafo de dicho artículo traducido:
"Los historiadores nos topamos a veces con el problema que representa topar con personas que no tienen los conocimientos necesarios para valorar los resultados de nuestro trabajo, pero que se aferran a sus prejuicios y convicciones para negarles la validez. Disponen de un repertorio interior y personal de ideas que se ha ido nutriendo de fragmentos aislados de conocimiento: de lo que les explicaron hace muchos años en el colegio, de una vieja lectura, de lo que oyeron en una tertulia de televisión, de lo que dicen cada día los periódicos... Unos datos que han escogido para asociarlos a su forma de entender la sociedad y el mundo, y que permiten explicar la resistencia que oponen a aceptar revisiones que no encajen en este marco de ideas y valores asumidos íntimamente".

Ciertamente, tras leer el artículo recordé las discusiones que tuve el año pasado con una serie de personajes del twitter fanáticos del fantoche de Pio Moa, los cuales se negaban rotundamente a aceptar la acientificidad de su trabajo, alegando que Moa escribía con honestidad, cosa que no hacían los historiadores marxistas-leninistas científicos. Dichas experiencias surrealistas me llevaron a escribir mi artículo más exitoso con diferencia hasta la fecha, "Los trolls de internet: la dictadura de la ignorancia". Y lo más divertido de todo es que las malditas discusiones con la historia como arma de fuego usada intencionadamente para fusilar al contrario siempre son por el mismo tema: Cataluña y España.


Yo hasta ahora pensaba que estos debates agotadores y testosterónicos que no llegan a ninguna parte eran sólo cosa de cibernautas iluminados (como un servidor), pero me sorprende ver cómo a reconocidísimos maestros en Historia les pasa lo mismo. Pero, ¿cómo pueden determinados personajes tener los huevos de atacar gratuitamente incluso al mismísimo doctor Josep Fontana? ¿Cómo esta panda de payasos pueden, sin despeinarse, vomitar sandeces y ponerlas a la misma altura que trabajos académicos y científicos? ¿Cómo pueden considerar que tienen la misma validez una chorrada dicha por personajes como César Vidal o Paco Marhuenda que no el trabajo de doctores honoris causa por varias universidades como el doctor Fontana?



Imagínense ustedes ahora, por un momento, ver en internet una discusión entre el doctor Pedro Alonso (uno de los mejores médicos del mundo, famoso por su trabajo contra la malaria) y Manuel Torreiglesias (el que fuera presentador de Saber Vivir, despedido de forma fulminante de su programa y luego fichado por Intereconomía, de donde también fue despedido el año pasado). Imagínense ustedes por un momento a gente utilizando citas y apuntes de los libros de Manuel Torreiglesias para desacreditar los trabajos del doctor Pedro Alonso. ¿Qué pensarían ustedes de dichos esperpentos? Dudo mucho que nadie siquiera prestara atención a quienes usaran el trabajo de frikis mediáticos para desacreditar a académicos respetados. Pero mi pregunta es, ¿por qué en un ámbito como la medicina, que he puesto de ejemplo, sería impensable que esto pasara, y en cambio en la historia pasa a diario? ¿Por qué en todos los medios de comunicación vemos a cualquier payaso opinando sobre historia y quedándose tan ancho, y encima despertando admiración de su público, y por si no fuera poco si encima desprecia al trabajo académico de ideología contraria a la suya será vitoreado como un héroe?



La respuesta, desgraciadamente, es que la historia no es vista aún como una ciencia. En el mundo académico el trabajo historiográfico es muy científico, y se ha alejado de dogmas y demás lacras del pasado, pero entre el público en general no es percibido así. La historia no es vista como una ciencia, sino como una afición, y muchos se creen ya expertos en historia y con derecho a opinar por haber visto el canal historia y por haber leído libros sobre templarios. De hecho, en alguna ocasión yo me he topado con gente interviniendo en debates de las redes sociales que soltaban sin despeinarse lindezas como que la exterminación de los indios en América fue un genocidio intencionado por parte de la opresión española (pese a que la mayoría de trabajos académicos coinciden en que las principales culpables fueron las epidemias traídas por los europeos al territorio, así como una pérdida de las ganas de vivir por parte de los indígenas al sentir sus dioses les habían abandonado), o que Adolf Hitler tenía contacto con sectas satánicas.

En resumen, es necesario que muchas y muchos hagan una revisión de sus prejuicios y dejen de pensarse que tienen la verdad histórica por mano. Porque igual que la opinión de un físico sobre el bosón de Higgs siempre será más válida que la mía, la opinión de un historiador sobre cualquier tema de historia será más válida que la de cualquier otro. Pero lo curioso es que muchos tratan de "clasistas" o "prepotentes" a quienes refuerzan sus argumentaciones diciendo que son historiadores y que entienden del tema, y no es que sean prepotentes: son historiadores.

Si queréis aprender historia, leed a historiadores, no a literatos.



ECG.

miércoles, 8 de octubre de 2014

La derecha española, los heraldos de la muerte



Quién no recuerda al ex-ministro Cañete (ahora eurodiputado repudiado por el parlamento europeo) atiborrándose de filetes delante de las cámaras para demostrar que no había peligro con el mal de las vacas locas. El caballero de la barba blanca que recomendaba bañarse con agua fría y comerse los yogures caducados sigue haciendo el ridículo en Europa y avergonzando a su país, pero vamos "en la buena dirección".

Miles de muertos en África por una terrible epidemia, dos infectados españoles con una enfermedad sin cura... y al gobierno español se le ocurre la charlotada de traerlos aquí, a un hospital sin nivel de seguridad suficiente para atender una emergencia de ese calibre y sin seguir medidas de cuarentena suficientes con el personal. ¿Y para qué? ¿No sería más sencillo mandar médicos allá, en vez de traer enfermos aquí? ¡Ah, no, es verdad! ¡Que eso lo hacen los malvados comunistas cubanos! ¡Fuera, fuera, enviar médicos a Sierra Leona es antidemocrático y anticonstitucional! No, no... mejor traigamos al enfermo aquí, a ver si se cura solo por arte de magia (rezándole mucho a la virgen) y nos marcamos el puntazo de haber curado a un enfermo de Ébola. Eso hará mucho bien a la "Marca España".

Parece sacado del guión de una comedia americana, pero es la pura realidad. Ya de por sí que la ministra de sanidad se llame "Mato" es un chiste de mal gusto, pero es que encima es un ser indigno e incompetente que todavía tendrá los santos ovarios de no dimitir. Y encima la solución es sacrificar a un perro para tener a todos contentos. ¡Como en la edad media, señores! Hagamos una ejecución para tranquilizar al pueblo, matemos a un perrito. Ya dice el castizo refrán que "muerto el perro se acabó la rabia". ¿Será matar a ese perro una muestra más de españolidad? ¿Será también un atributo español viril el tener los santos bemoles de no mantener en cuarentena a los enfermeros que cuidaron de la persona enferma y dejar que fueran atendiendo a otros enfermos y haciendo vida normal?

Recortes en sanidad significan muerte. Traer aquí el Ébola significa muerte. Y lo peor de todo: muchos consideran que la mayor amenaza y el mayor peligro para España es Pablo Iglesias. ¿Nos hemos vuelto majaras? No, señores. Esta es la derecha española: una de las más retrógradas que hay en Europa, porque el problema es que no es una derecha democrática.

Lo más curioso de todo es que los "grandes demócratas patriotas" votantes del PP se llenan la boca de decir que la izquierda española es totalitaria y antidemocrática y no se parece en nada a la izquierda europea. ¿Perdonen ustedes, señores? ¿La antidemocrática es la izquierda española? ¿Siguen ustedes hablando de Paracuellos, o de los crímenes de los comunistas, o de ETA? ¿Es que puede tenerse acaso la cara más dura? 

En todas las democracias maduras existen siempre la derecha democrática y la izquierda democrática, la primera de inspiración liberal y la segunda socialdemócrata. Pero en España tenemos un modelo bipartidista de orden donde hay un partido socialdemócrata tan y tan descafeinado y nada preocupado por los derechos de los trabajadores que juega al liberalismo como cualquier otro partido liberal de derechas (mal llamados a sí mismos "de centro", término en el cual no creo), pero eso sí, muy chupi-progre, y por otro lado tenemos a un partido casposo, con sujetos siniestros que parecen sacados de un cómic que con su aspecto ya pagan, mafiosos y accionistas de negocios de muy dudosa moralidad (como la industria armamentística), todos ellos "demócratas sin par", mediocrísimos y sobrepagados.

Parafraseando a Julio Anguita, aquí tenemos a "las dos derechas". Un atajo de incompetentes mediocrísimos que no durarían ni dos días en cualquier puesto de trabajo serio que tienen nuestras vidas en sus manos. Pero se la suda. Ellos van cobrando, y su única preocupación es que los números cuadren. Son como los nobles del antiguo régimen, preocupados tan solo de sus asuntos y de los de sus semejantes, codeándose con clases dirigentes de otros países y ajenos al verdadero mal de la gente. Déspotas ilustrados que les importa más la apariencia que el hecho. Seres que son capaces de decir que gracias a los recortes estamos saliendo de la crisis, aunque haya gente que viva peor. Seres que les da igual ser negligentes mientras logren mejorar la Marca España y "solucionar" la crisis. Seres incompetentes en un sistema caduco e inoperante que no quieren reformar porque es su chiringuito. Y mientras tanto, la muerte. Primero suicidios de gente que va a ser deshauciada que ignoran, y ahora llega el Ébola, un virus que es una máquina de matar, y todo por su negligencia y garrulismo castizo.

Mediocres sin dignidad ni honor alguno que solo quieren seguir cobrando las monstruosidades que tienen asignadas y que no dimiten ni a tiros, que se aferran a sus puestos como la tapa de un submarino y encima se hacen llamar los elegidos. Seres antidemocráticos que encima se erigen como guardianes de la democracia y de la libertad. Esa es la derecha española.  Los heraldos de la muerte.

ECG.

viernes, 25 de julio de 2014

España no es una nación




España no es una nación, pese a que dichas palabras se hallen escritas en un documento sacrosanto e inmaculado llamado "constitución", el cual es usado por nuestra clase política como barrera infranqueable contra el "dret a decidir" de Cataluña, y se expone como expresión máxima e impoluta de la democracia. Como si la constitución española fuera la mejor que ha existido jamás, y ninguna libertad fuera posible sin ella... ¡Pero bien que la reformaron cuando desde Bruselas le apretaron las tuercas al gobierno!

Pero bueno... hoy no he venido a hablar de la constitución. Que, ya de paso, me gustaría advertir a tod@s l@s peper@s (y much@s sociatas también) que la constitución no impedirá que el pueblo catalán decida su futuro. De hecho, éste suele ser el argumento estrella que se esgrime contra el nacionalismo catalán: que Cataluña no es ninguna nación, pero España sí, y al parecer, según Esperanza Aguirre, con 3.000 años de historia (ahora resulta que la nación española es anterior a la invención de su propio nombre por parte de los romanos). Pero antes de nada, deberíamos tener claro qué es una nación.

El término "nación" es muy antiguo, y muchos pseudohistoriadores e iluminados afirman que la "nación española" nace allá en época de los visigodos debido a unas palabras de Isidoro de Sevilla en las que supuestamente emitía alabanzas a la "nación española", allá por el siglo VII. Nada puede estar más sacado de contexto ni ser más falaz. Antes de la Revolución Francesa no podemos hablar de naciones tal y como las entendemos hoy en día, ya que dicho concepto era muy distinto. Antes de que los liberales desarrollaran durante la ilustración el concepto moderno de "nación" como comunidad humana con una historia y unos rasgos identitarios comunes, dicho concepto era muy diferente. "Nación" implicaba "lugar de nacimiento", es decir, lugar de origen. Así, obviamente que se hablaba de naciones y de su pertenencia a las mismas, pero dicho concepto a menudo se refería más a orígenes étnicos cuando no geográficos. Así pues, toda referencia nacional anterior a la revolución francesa no es válida, pues se trata de un concepto diferente al que se entiende hoy día. Hay muchos racistas (que usan a menudo el eufemismo de "identitarios" para autodefinirse) que precisamente se apoyan en eso, de que antes de las revoluciones liberales el concepto de nación iba unido intrínsecamente al de "raza", pero eso es una verdad a medias.

Vayámonos, pues, al siglo XIX, en época de la revolución liberal, que es cuando realmente podemos hallar orígenes de la "Nación Española". Entonces también encontraremos a otros pensadores con un poco más de formación y algo más serios que dicen que ya podemos empezar a hablar de nacionalismo español durante la Guerra del Francés contra la ocupación napoleónica (1808 - 1814), en la cual hubo una gran exaltación de los valores de la españolidad contra el invasor gabacho. Bueno, aquí ya es algo más válido, y ciertamente es una opinión muy respetable, ya que tiene varias pruebas históricas que podrían aguantarla. Y si consideráramos que la nación española nace con la Revolución Liberal que se produjo conjuntamente a la guerra contra los franceses, entonces podríamos decir que la nación española es anterior a la catalana, ya que el nacionalismo catalán no toma forma como nacionalismo político tal y como lo conocemos hoy día hasta después de la primera república, en las décadas de 1870 y 1880. Pero una vez más, siento desilusionar a los lectores, ya que dicho proyecto nacional español que con tanto valor y entusiasmo defendieron los que redactaron la Constitución de Cádiz en 1812 fracasó estrepitosamente.

¿Y por qué fracasó la nación española? Por muchos motivos, que podrían llevar a debates interminables, pero la razón principal fue que el proyecto de nación española nunca fue una propuesta para el pueblo, sino para las élites. En lugares como Francia o USA, donde se han consolidado con mucho éxito sus respectivas naciones, los proyectos nacionales representaron una alianza entre la burguesía y las clases populares contra la nobleza, contra el antiguo régimen. Así pues, el proyecto de la nación americana o de la nación francesa eran proyectos en los cuales tenían cabida tanto los burgueses propietarios de fábricas como los pequeños campesinos, así como los obreros de la industria o los profesionales liberales.

Sin embargo, esta alianza entre burguesía y clases populares no tuvo lugar en España, entre otras cosas debido a la debilidad de la burguesía en España y a la desmesurada fuerza de la nobleza y la iglesia. Así, la alianza fue muy distinta: en España, quienes se aliaron fueron la burguesía y la nobleza, y construyeron SU propio proyecto nacional sin contar con las clases populares.

¿En qué me baso para hacer tal afirmación? Bueno, fuentes históricas que corroboran lo que digo hay muchas, y no puedo hacer un artículo tan largo como para que las aglutine a todas, pero sólo voy a dejaros unos cuantos datos interesantes que podéis contrastar sin ningún tipo de problema.

En 1835, en plena guerra carlista y durante la regencia de María Cristina (Isabel II tenía 5 añitos, y su padre había muerto hacía dos), Antonio Alcalá Galiano anunciaba en las Cortes que era necesario crear la Nación Española. Así pues, el gran orador liberal reconocía su inexistencia en esos días, pero consideraba que era necesario crearla como un proyecto colectivo que unificara los intereses de la clase dirigente y del pueblo, y así mismo, que fuera garante de las libertades de la ciudadanía. Dicho proyecto en teoría era colectivo y sería beneficioso para todo el mundo, pero nunca se hizo. El pueblo nunca formó parte de dicho proyecto, ni fue integrado en él.

España tenía la misión en esos días de dejar de ser un "Imperio" (que igualmente, en esa época ya era poco más que la sombra de lo que había sido) y pasar a ser una "Nación", y sustituir el "Antiguo Régimen" por una sociedad liberal. Pero durante todo el siglo XIX las transformaciones son más que insuficientes, ya que la sociedad burguesa queda limitada y dificultada, y en conjunto, la Revolución Industrial fracasa. Ésta queda focalizada tan sólo a Cataluña y a las provincias vascas (qué casualidad, justo en las zonas que hoy día son las más separatistas...), y la burguesía queda subordinada a la ideología de los terratenientes, mucho más poderosos e influyentes. Así, la España del XIX es una sociedad agraria, con islas industriales, que no dejan de ser la excepción que confirma la regla.

El Estado Español del XIX es un estado centralista y arcaico, poco desarrollado. La gente progresista se opone a dicho modelo, y más adelante su oposición más feroz pasarán a ser los nacionalismos "periféricos". La socialización es desigual e irregular, y cada vez se consolidan más las famosas "dos Españas", una de ellas formada por amplios sectores sociales atrapados en el caciquismo y de ideología muy conservadora, sobretodo rurales, y la otra formada por sectores extremadamente ideologizados, residentes sobretodo en las zonas urbanas y de las zonas más periféricas. En general, España se quedó atascada en la transición de una sociedad medieval a una sociedad contemporánea, y eso lo apreció Amadeo de Saboya, rey italiano que le fue entregada la corona española con la vaga esperanza de que un rey liberal pudiera consolidar los cambios finalmente (y estamos hablando de 1869, 34 años después de que Alcalá Galiano pronunciara sus palabras en las cortes). Sin embargo, Amadeo I no supo (o no pudo) gobernar una sociedad que lo rechazaba por ser un "rey extranjero" (como si los borbones o los austrias fueran castellanos viejos de pura cepa), con milicias carlistas combatiendo en las zonas rurales pidiendo el retorno de la sociedad tradicional que se intentaba abandonar, y con una sociedad dividida entre los que veían demasiados cambios y los que veían demasiado pocos cambios. De hecho, sus palabras al volver a Italia después de abdicar fueron "tengo la sensación de volver de un viaje a la luna".

Y llegó Alfonso XII, y con él, Cánovas del Castillo. ¡Ah, Cánovas, al que los peperos tanto admiran e idolatran! Repiten sin parar que fue el mejor presidente de la historia de España, juntamente con Antonio Maura (!!) y con José María Aznar (!!!!!!!). Ciertamente, parece un chiste de mal gusto. Cánovas el mejor... Sí, era un hombre inteligente y brillante, una especie de von Metternich español, que supo traer estabilidad. ¿Y cómo la trajo? Pues como ya hemos dicho antes: consolidando institucionalmente la alianza entre nobleza y burguesía, con el archiconocido turnismo del Pacto del Pardo. Conservadores y progresistas se turnaban por medio del fraude electoral en el poder, y así ambos poderes estaban contentos y sin luchas. Y así todos vivíamos felices y contentos en el país de la gominola hasta que los yanquis (o useños, neologismo que pretende popularizar el pésimo literato que se cree historiador Pío Moa) nos arrebataron Cuba. Por favor... ¿En serio? ¿Una época de elecciones trucadas, pucherazos, caciquismo y corrupción, fue la mejor época? ¿El dirigente político que diseñó este entramado de poder que garantizaba la estabilidad a costa de falsear la democracia es el mejor presidente de nuestra historia? Creo que el pepero medio queda muy bien retratado mostrando su admiración hacia dicho personaje y el régimen que diseñó. Y por cierto, que ese es otro atributo muy español: confundir estabilidad con eficiencia. Que un régimen sea estable no significa que sea bueno. Ah, y por cierto, quiero recordar que aparte de la FAES, la otra fundación importante vinculada al Partido Popular es la fundación Cánovas del Castillo. No hace falta decir nada más.

Y qué curioso. Justo en esa época de paz, estabilidad y felicidad española, con el gran líder Cánovas que ya corría diez quilómetros en diez minutos y que hablaba catalán en la intimidad (o puede que ahora me esté confundiendo), es cuando surge la bestia parda del españolismo rancio: nacen los nacionalismos catalán, vasco, valenciano y gallego, los dos primeros con mucho éxito y amplia aceptación hasta hoy en día (aunque ambos hallan caído en un irredentismo que ha hecho cabrear a otras conciencias, pero ese es otro tema). Son los llamados "nacionalismos periféricos", término descriptivamente acertado (ya que todos esos nacionalismos se hallan en la periferia peninsular), pero con connotaciones peyorativas intencionadas, ya que tradicionalmente tratar algo como "periférico" ha sido tratarlo como negativo. Y... ¡Oh, sorpresa! Las lenguas minorizadas en los últimos siglos empiezan a recuperarse, y no en vano el gobierno corrupto de la Restauración poco después comienza a aprobar leyes más duras para combatirlas, como la prohibición de representar obras íntegramente en catalán, pese a que las restricciones legales a todos los idiomas que no fueran el castellano databan de mucho antes, y ya en 1837 se estableció que la educación sería únicamente en castellano, pese a que esta llegaba a un porcentaje ínfimo de la población. Existen pensadores (y entre ellos figuraba Azaña) que decían que si las otras lenguas diferentes al castellano habían sobrevivido hasta el siglo XX había sido debido a los elevados índices de analfabetismo en España, ya que en países como Francia los idiomas diferentes al "nacional" habían sido minorizados por medio de la educación. Y eso en parte es verdad, y eran conscientes de ello los primeros nacionalistas (no en vano los movimientos como la Renaixença o el Rexurdimento intentaron pasar sus respectivas lenguas del uso familiar al uso literario, teniendo como claro ejemplo los Jocs Florals). Pero no deja de ser curioso que las lenguas "minorizadas" de los nacionalismos "periféricos" pasaran en poco tiempo de ser lenguas de analfabetos a ser lenguas de prestigio de burgueses y gentes pudientes (pese a que los burgueses barceloneses siguiesen hablando en un elegante castellano, burgueses cuyos descendientes y sucesores ahora se alzan como máximo estandarte del catalanismo). 

Y bueno... el artículo se está alargando demasiado, y ahora tendríamos que llegar a la época de Miguel Primo de Rivera y después al Franquismo que nos salvó de Stalin y del Gulag. Una memez de categoría, pero que ciertamente parece una nimiedad al lado de otras memeces que oímos decir diariamente a los que se hacen llamar patriotas españoles. Prometo más artículos donde seguiré tratando el tema (a ver si cumplo mi promesa esta vez), para cabreo de los trolls de la red que ya están cargando sus baterías para empezar a vomitar insultos y desacreditaciones gratuitas. Pero los insultos y desacreditaciones no ocultarán la realidad: España no es una nación, pese a que desde el extranjero sea percibida como tal. Es una entelequia, una parodia de sí misma, una virtud testosterónica arcaica que se esgrime para justificar los innumerables defectos de un pueblo esclavo. Y el peor de los esclavos: el esclavo feliz, que sólo busca un amo justo.

ECG.

miércoles, 28 de mayo de 2014

El éxito de "Podemos": la revolución de los jóvenes.



Mucho se ha escrito en estos últimos días sobre Podemos, tanto antes como después de las elecciones. Se sabía que tendrían éxito, pero no tanto, y han sido la gran sorpresa. Han dado la campanada, y muchos analistas se frotan los ojos incrédulos.

No han tardado en salir, paralelamente a los diversos análisis políticos, cientos de artículos en blogs y páginas sobre economía criticando con mucha fuerza las propuestas económicas de Podemos. La mayoría de las críticas son muy ideológicas, que en algunos casos llegan a ser verdaderas caricaturas sin ninguna seriedad (como el horror de Intereconomía porque Pablo Iglesias "compra la ropa en Alcampo", o el bochornoso artículo de La Gaceta que vaticina una política al estilo nordcoreano por parte de Podemos cuando llegue al poder), pero las hay muy serias que ponen en duda la viabilidad de propuestas como la renta básica universal o el impago de la deuda, como el publicado en "El Blog Salmón". Así mismo, también hay serias críticas a sus métodos bastante populistas de campaña electoral casi desde el surgimiento del Partido en sí (la propia formalización de la candidatura como partido decepcionó a muchos, incluyendo a un servidor, y levantó numerosas críticas), como la del artículo de Politikon.es. Críticas por docenas por un lado, y halagos e incredulidad por otro lado. "Podemos" no le gusta a nadie, pero a la vez le gusta a todo el mundo. ¿Qué ha pasado? ¿Qué significa realmente el éxito de esta candidatura?

Sin entrar en más críticas concretas a la candidatura en sí, a sus propuestas o a su campaña electoral, es interesante meditar qué ha llevado al electorado del Estado Español, uno de los más bipartidistas de Europa (y me atrevería a decir que del mundo) a decantarse por formaciones minoritarias, especialmente a apostar por una formación como Podemos. Como se decía en el interesante artículo publicado en ElDiario.es, esta nueva generación de partidos ha roto con los estándares tradicionales, llegando incluso a negar su condición de "partido" y a sus integrantes la condición de "políticos", y se ha acercado a la desafección ciudadana. En el fondo, todo proviene del movimiento que eclosionó en el 15-M, que pese a que muchos insisten en que fracasó, en realidad no pudo tener un mayor triunfo. La generación de los Indignados, la de los jóvenes más preparados y a la vez más precarizados de la historia (generación de la que ya hablé en mi artículo del 2011 "¿Arde Girona?), es el nuevo motor de cambio que ha aupado a "Podemos" al parlamento de Bruselas, y que todavía tiene mucho que decir.

Como analizó muy acertadamente Josep Sala Cullell en su artículo "La generació T ens ha arruïnat" (Original en català, traducción al castellano), los que dirigen el sistema en el que vivimos y se benefician más de él son la generación de la transición (o generación T, como les llama él), que ocupan todos los cargos políticos y empresariales relevantes y acumulan las más elevadas rentas pese a tener una preparación notablemente más baja que las generaciones más jóvenes, y han sido éstos jóvenes los engañados que nos hemos convertido en los Indignados, y que ahora sabemos que Podemos. Uno de los aspectos que demuestran esto es que prácticamente ningún integrante de las listas de Podemos supera los 40 años.

¿Populismo y exceso de personalismo en la campaña? Cierto. ¿Propuestas muy bienintencionadas y viables en otros contextos pero demasiado idealistas y difícilmente aplicables en nuestro contexto? También muy cierto. Por estos, y por otros muchos motivos, Podemos no recibió mi voto el domingo. Pero los escépticos con la candidatura tenemos que quitarnos el sombrero ante la efectividad del mensaje y de los medios utilizados por el partido.

Podemos es la encarnación política tan esperada del espíritu del 15-M, y ahora ha empezado su verdadera misión: una vez que han llegado a las instituciones, es el momento de empezar a actuar pragmáticamente y a ofrecer soluciones factibles. ¿Lograrán los jóvenes encabezados por Pablo Iglesias estar a la altura? O mejor dicho, ¿Podrán? Está por verse, y pronto lo veremos.

ECG.

martes, 25 de marzo de 2014

Revalorizando y/o juzgando a Suárez: de la devoción a la condena.


Ha muerto Suárez. Lo sabe todo el mundo, como repetían los Dothrakis de la saga de "Canción de Hielo y Fuego" (¿es necesario que cite al autor?). Los medios de comunicación oficiales emiten las imágenes de sus homenajes, así como de los momentos principales de su vida, y los debates televisivos lo colman de elogios. Las instituciones revalorizan su nombre al máximo cual libertador latinoamericano, tratándolo casi como un "padre de la patria". Se le nombra portador de la democracia y luchador incansable contra el franquismo, incluso, como dijo esta tarde Mamen Mendizábal, "sigue derrotando a Franco aun estando muerto", ya que algunos ayuntamientos están sustituyendo nombres de calles dedicadas al Generalísimo o a otros personajes franquistas por el nombre del mismo Suárez. Incluso el aeropuerto de Barajas ha pasado a llamarse "Aeropuerto Adolfo Suárez - Madrid Barajas". Esa es una cara de la moneda.

La otra es la de las redes sociales y los de los medios de comunicación alternativos, diametralmente opuesta. Éstos medios analizan la figura de Suárez en clave de personaje eminentemente post-franquista, como persona deseosa de ostentar cargos de poder, como un reformista que consiguió "colarnos" una transición que fue una farsa. Vemos como de un medio a otro se pasa de considerar a Suárez el gran cruzado contra el franquismo y el padre de la democracia a considerarlo el gran estafador, el que logró que las élites franquistas quedaran, ya no solo impunes, sino perfectamente integradas en el nuevo sistema político que surgió de sus reformas.

¿Demócrata o tecnócrata? ¿Transformador o reformista? ¿Renovador o regenerador? Parece que uno sólo puede situarse en una posición o en la contraria. Da la sensación de que o se le adora o se le odia. Y algunos no nos sentimos identificados con ninguna de las dos posiciones (como pasa con muchos otros temas). Ni tanto ni tan poco, señores. Un servidor no es nada amigo de los términos medios (es más, los detesto), pero en este caso ambas posiciones sobre Suárez son esencialmente erróneas. Comparto con las lectoras y lectores mi propia valoración de Suárez, si no se han cansado ya de tanto leer sobre él y no tienen ya aborrecido hasta la saciedad su nombre.

La figura de Suárez, para empezar, debe juzgarse tan sólo dentro del contexto en el cual vivió, contexto, como sabemos, nada fácil. Yo no viví la transición, y muchos de los que estamos hoy aquí o directamente no la vivimos o fueron demasiado jóvenes como para valorarla. La opinión de muchas y muchos se debe única y exclusivamente a lo que han oído de bocas de padres y abuelos, a conversaciones de sobremesa y de café, y a menudo se trata simplemente de opiniones pasionales y poco contrastadas. Pero lo cierto es que fue una época muy complicada.
En las calles se oía ruido de sables, se estaba viviendo un extremismo ideológico similar al de los años 30. Los fascistas de aquella época no eran los de hoy en día, que dan risa y bastante pena. Aquellos daban verdadero miedo. Eran tiempos de sargentos chusqueros y de individuos con gafas oscuras, traje negro y bigote. Una transición pacífica verdaderamente era una utopía, y todo estaba "atado y bien atado" para continuar con el régimen. Muchos dirán que, efectivamente, todo estaba bajo control, y por eso vivimos en una pseudodemocracia postfranquista en la cual no se ha producido una ruptura real con la sociología de la dictadura. Y tendrán mucha razón, pero una cosa no quita la otra. La cuestión está en CÓMO debía estar todo atado y bien atado.

Muchos se olvidan de que la transición, con toda la estafa que supuso y la impunidad descarada de los crímenes franquistas contra la humanidad, podría haber sido mucho peor. Y no peor a nivel de desorden social y de revuelta (que también), sino peor a nivel de aún menos reformista.
Podría, perfectamente, haberse creado una especie de Estado integral electivo, una democracia muy tutelada reducida a un partido único con una comparsa de partidos minoritarios sin poder real de tumbarlo, con derechos sociales muy limitados, sindicato único dirigido por la patronal, y con leyes conservadoras y vinculación estatal directa a la Iglesia. Podría haberse creado, perfectamente, un Irán católico, y seguramente a la mayoría de la población ibérica de aquellos momentos le habría parecido bien. Y a la comunidad internacional le hubiese parecido aún más que bien. La transición podría haber sido aún más estafa de lo que fue.

Lo cierto es que muchos no nos queremos dar cuenta de que los cambios que impulsó la figura de Suárez fueron claves en aquella época. Eran los cambios adecuados en aquel contexto y en aquellas circunstancias. Una sociedad ibérica domesticada, con sectores muy crispados, que podría haber sufrido una estafa peor. Lo que debe criticarse es el continuismo posterior.
Porque aquel régimen reformado de finales de los 70, perfectamente adecuado para las circunstancias de finales de los 70 y principios de los 80, ya no es adecuado para la situación actual. Es ahora que es necesario dar un paso adelante, y ser valiente. Es ahora que es necesario reivindicar la República, que hay que luchar por los derechos sociales, que hay que acabar con el aparato político corrupto partitocrático. Y debe conocerse el pasado y aprender de los errores. Es muy cierto que todas estas reivindicaciones podrían haberse hecho mucho antes, me atrevería a decir que desde mediados-finales de los 90, pero en el momento en que el régimen post-franquista pseudodemocrático nacido de la Transición ha durado tanto y ha gozado de tanta aceptación, debemos hacer catarsis y pensar que quizás estaba mejor hecho de lo que nos pensamos.

Ciertamente nuestra sociedad ha evolucionado. Ahora está preparada para un cambio verdaderamente democrático. Iberia está preparada para la democracia. Pero, ciertamente, sin las reformas del señor Suárez, difícilmente lo estaría.

No se piensen los lectores que voy a obviar las sombras del personaje. Cierto es que era pura ambición de poder. Se dice que en una ocasión afirmó: "daría la mitad de mi vida por tener durante un sólo día el mismo poder que él" (refiriéndose al agonizante Franco), cita que obviamente no podemos contrastar, pero que es perfectamente creíble. Se dice que ya en la universidad repartía tarjetas en las que se definía como futuro presidente del gobierno. Ascendió posiciones en el aparato político franquista sin ser un nacional-católico convencido, por pura ambición de poder. Y lo logró, llegó a presidente, y además con un partido etéreo que sin él pasó a la historia. Quien realmente desea algo es capaz de conseguirlo, dicen. Pero eso no quita de que sus reformas hicieran mucho bien a nuestra sociedad, aunque fueran intencionadamente más que insuficientes.

Suárez, ¿héroe o estafador? Pues, ahora mismo, difunto, al cual presento mis respetos como a cualquier otra persona fallecida. Pero, a la vez, figura clave de la historia reciente, a la que es necesario recordar y de la que mucho se puede aprender.



Ahora, debe construirse el futuro. Deshacer a Suárez para crear la democracia. Es necesario luchar por la democracia, por la república, y por el poder popular.



ECG.

domingo, 23 de marzo de 2014

Marchas por la dignidad y el poder popular.


Imágenes de Madrid ayer al atardecer.
La afluencia superó por mucho las
espectativas de las entidades organizadoras.
Un éxito. No existe otra forma de definir lo que pasó ayer. Se superaron las expectativas de afluencia, y se logró la mayor manifestación de la historia de la "democracia" (si al régimen en el que vivimos se le puede llamar así).

De todos los rincones de Iberia llegó gente de diversas ideologías, de diversas sensibilidades, con acentos e idiomas diferentes, pero una sola voz. Reclamando lo que es nuestro: nuestros derechos, los cuales se creen los de la clase política que son ellos quienes nos los dan o nos los quitan, cuando lo único que hacen es aceptarlos o negarlos. Porque nadie nos los tiene que dar, ya son nuestros. La clase política corrupta tiene el deber y la obligación moral de aceptar nuestros derechos, y actuar en consecuencia.


Ni la intervención de los antidisturbios al final de los actos, cuando todavía las voces de los niños cantando se oían sobre el escenario de los actos de la celebración, han podido empañar la velada. Como todo el mundo se esperaba, intervinieron sin previa provocación y justo cuando empezaban los informativos. El cuento de siempre: a tratar
los manifestantes de antisistema y de radicales que pretenden ocasionar daños materiales. Pero, pese a que decía Goebbels, por mucho que se repita una mentira no acaba nunca por convertirse en verdad. La verdad siempre acaba saliendo, y las fuerzas del estado no la tienen de su lado. Y lo saben.

Se dice a menudo que los pueblos ibéricos estamos aborregados, que discutimos mucho en los bares pero no hacemos nada en la calle, que sabemos mucho de fútbol pero no tenemos cultura política, que nos dejamos llevar por el bipartidismo, que los nacionalismos, sean del bando que sea, nos ciegan y nos hacen obviar otras cuestiones mucho más esenciales. Y tal vez esto mayoritariamente halla sido así, pero las cosas están cambiando. 

Miles de banderas desfilaban juntas ayer. Desde estel·ladas a tricolores, de Ikurriñas a banderas andalucistas, de rojinegras a banderas rojas, de estandartes de sindicatos y partidos mayoritarios a banderas de partidos y sindicatos alternativos. Muchos símbolos, muchas ideas diferentes, algunas de ellas totalmente incompatibles entre sí, pero no importaba. El espíritu del Frente Popular vuelve a volar sobre nuestras cabezas, y el acuerdo de mínimos para derrocar a la oligarquía que nos gobierna disfrazada de democracia empieza a verse como factible. En Cataluña, el movimiento independentista cada vez está más lejos de Artur Mas y de CiU, y quiere tender la mano a sus hermanos del resto de pueblos ibéricos. En andalucía el SAT sigue marcando la diferencia y mostrando que los cambios son posibles. En Euskadi ya no les pueden acusar de que ETA está detrás de todo (pese a que siguen haciéndolo), y ahora saben que pueden llegar los cambios de verdad. Y un largo etcétera.

Para el PP, era todo una colección de nazis. Pretenden equiparar esta gran masa de movimientos heterogéneos con Amanecer Dorado y otras agrupaciones de ultraderecha en Europa. Patético. Cada vez que intervienen provocan sonoras carcajadas, y a la vez verdadera preocupación ante la disyuntiva de si nos toman el pelo, o verdaderamente se creen las sandeces que dicen. Ciertamente, no se cual de las dos opciones da más miedo.

Pero ahora deben callarse y reflexionar. El Pueblo cada vez está más unido, y dice las cosas claramente. Muchos dicen que el 15-M fueron cuatro perroflautas y que aquello ya se acabó, pero su espíritu sigue muy vivo en diversas formas, y estas formas siguen materializándose.

Porque no nos dejaremos engañar, y esto no acaba de comenzar. Ya está ocurriendo. Y está muy maduro.

Al frente, la bandera legítima
de la democracia y el pueblo.
Al fondo, la bandera impuesta.
Y ahora, Gobierno oligarca pseudodemocrático, ¿escucharás la voz de tu pueblo? ¿O volverás a ignorarlo una vez más, confiando en la minoría cada vez más escuálida que te dio los votos, pensando que es cuestión de tiempo que las cosas mejoren y que el pueblo se calme? Porque por mucho que repitas que estamos saliendo de la crisis y que las cosas mejorarán, ya hace tiempo que no nos lo tragamos. Y cuanto más lo repitáis, será menos verdad, o al menos nos lo creeremos menos (recordad el cuento de Pedro y el lobo).

¡Poder popular!



ECG.

martes, 18 de marzo de 2014

Crimea, Vèneto, Escòcia, Catalunya: Una comparativa


L'any 2014 ha arribat carregat de sorpreses "inesperades". En menys d'un mes, a Ucraïna té lloc un aixecament popular nacionalista i europeísta (Euromaidan) que tomba el govern pro-rus triat prèviament per la majoria russòfona del país, fet que provoca una ocupació de la regió autònoma pro-russa de Crimea per part de les forces de Putin, i setmana i mitja després veiem com se celebra un referèndum que permet als crimeus decidir què volen ser. I han triat ser russos. I per si això no fos suficient, paral·lelament està tinguent lloc al Vèneto un referèndum on-line a on triaran entre diverses opcions per als venecians, entre elles la seva independència, però a més a més també votaràn la seva pertanyença o no a organismes com la UE o la OTAN, i altres qüestions. I per si tot això no fos suficient, està programat per al 18 de setembre un referèndum a on els escocesos decidiran si volen que la seva nació constituent del Regne Unit passi a ser una república independent o no, i, suposadament (però encara sense capacitat de confirmar-ho), s'ha de celebrar també el 9 de novembre un referèndum similar a Catalunya. Però la pregunta és, podem establir paral·lelismes entre aquests processos? Les circunstàncies són semblants? Estem davant d'una nova "primavera dels pobles" com la de 1848? O estem devant d'una desintegració del bloc europeu occidental com la que va viure el bloc oriental a finals dels anys 80?

Certament és difícil per a qui viu fora dels Estats involucrats en els conflictes haver seguit fins a data d'avui aquests processos, però que si un busca una mica a les xarxes i als mitjans de comunicació en podrà trobar referències que es remonten molts i molts anys enrere. I un podrà entendre millor què està passant. I certament, és inevitable mirar de buscar similituts i, fins i tot, intentar establir dinàmiques. Però més enllà de les circunstàncies particulars de cada un dels territoris esmentats, molt i molt diferents, m'agradaria incidir en un factor que, a priori, veig com a molt més determinant: a on es vol arribar amb aquests processos, és a dir, què es busca després de la independència (o no) d'aquests territoris?

Comencem amb Crimea. El seu estatus inicial era la d'una república autònoma amb un cert autogovern, i la seva demografia diferia elementalment amb la de la major part d'Ucraïna amb la presència aplastantment majoritària de russòfons en el territori, a més de la presència de la minoria tàrtara. Històricament Crimea havia estat tàrtara, i després va ser colonitzada per Rússia. Des de llavores Crimea sempre havia estat russa, però una decissió poc encertada del líder soviètic Kruischev va entregar la península a la RSS d'Ucraïna, la qual es va independitzar convertint-se en la Ucraïna actual que tots coneixem. Des d'aquesta independència, Ucraïna ha patit una intromissió constant de Rússia en els seus assumptes, així com una dependència energètica odiosa, fet que va portar a la Revolució Taronja del 2004-05 proeuropeísta, que n'és el precedent directe de l'Euromaidan del 2014. Però aquesta darrera revolució a priori europeísta ha degenerat cap a postures ultra-nacionalistes molt excloents, fet que ha portat finalment al referèndum sobre l'estatus polític de Crimea. I no sabem de moment com acabarà la situació, ja que Ucraïna ha decidit mobilitzar els seus reservistes, i es respira un clima de guerra. Certament, Putin ha fet una jugada molt astuta, però alhora ha tingut molta sort, ja que tot plegat ha coincidit amb què USA es troba reduïnt les seves forces armades a nivells anteriors a la Segona Guerra Mundial, i Europa es troba enmig d'una campanya electoral europea decisiva, a on molts sectors volen veure canvis profunds dins de la UE. Ha pillat a occident amb el cul a l'aire, i veig difícil que ningú pugui impedir que el poble crimeu torni a ser rus.

I què passa amb el Vèneto? Aquí veiem un procés que forma part d'un altre que ja ve d'abans: el president de la regió és Luca Zaia, pertanyent a la Lliga Nord, facció de dretes identitària que demana l'autodeterminació de les regions industrials del nord d'Itàlia, considerant que el sud d'Itàlia és un pou sense fons de subvencions i ajudes públiques, improductiu, que els hi impedeix desenvolupar-se plenament. El debat sobre la organització territorial de la República d'Itàlia ve des de la pròpia reunificació italiana, la qual en un principi volia veure una Itàlia federal (plantejament lògic tenint en compte les importantíssimes diferències físiques, culturals i econòmiques entre els territoris constituents de l'Estat Italià), però aquesta mai s'ha vist realitzada. Veiem una Itàlia de tendències centralistes, amb diverses concessions envers determinades regions, les quals sovint veuen un "efecte yo-yó" amb els seus drets depenent de l'època. Però la caiguda del govern tecnòcrata imposat per la UE a Itàlia i la pujada al poder de Matteo Renzi, un centralista confès, ha portat a que el govern venecià decideixi tirar endavant un referèndum que durarà 5 dies: del 16 al 21 de març. 

Luca Zaia
El propi Zaia ha extès la mà cap a Catalunya, comparant ambdues situacions. Personalment, no sento cap mena de simpatia envers la Lliga Nord, ja que els seus plantejament els veig més propers a Plataforma per Catalunya que no pas a CiU. Però no és menys cert que la situació al Vèneto és semblant a la catalana: zona autònoma d'un Estat pseudodescentralitzat, hereva d'una gran potència mediterrània medieval, amb llengua pròpia, i un govern de dretes que esgrimeix arguments econòmics per tal de legitimar el seu procés. Les zones sud dels respectius Estats espanyol i italià són vistes com a endarrerides i com a eternes mantingudes per mitjà dels impostos, i els governs burgesos venecià i català fan promeses de prosperitat si s'aconsegueix la secessió.

I què passa amb Escòcia? La seva situació m'atreviria a dir que és la més diferent de totes, quasi privilegiada si la comparem amb les altres tres. Escòcia, en realitat, no ha deixat mai de ser una nació pròpiament dita. Ténen les seves pròpies federacions esportives, veuen les seves seleccions competir en les grans competicions internacionals, i tenen control sobre la seva educació. Escòcia és quasi un Estat sobirà, que comparteix una mateixa monarquia amb els anglesos, galesos i nord-irlandesos. No existeix una constitució única per a tota la monarquia, per lo que no hi ha cap impediment legal que des de Westminster es pugui esgrimir contra la voluntat del parlament escocès de proclamar la seva secessió si el poble ho dessitja. Així doncs, Escòcia és qui a priori ho hauria de tenir més fàcil, però els debats sobre la sobirania del petroli, així com sobre si s'entrarà a l'Euro o es mantindrà la lliura esterlina, així com els sondeijos que donen una victòria al "no" en el referèndum, estàn fent que el procés que a priori és el més coherent estigui esdevinguent el més complex.

Però una vegada més, a on es vol arribar amb tot això? Bé, els crimeus des del principi han deixat clar que ells volien ser russos, i han tirat pel dret amb l'ajut de les tropes russes en molt poc temps. Els escocesos no tenen gens clar si volen seguir sent britànics o no, ja que escocesos ja ho són. Al Vèneto tenen clar que volen ser venecians, però el debat està en quin Vèneto volen. I les seves autoritats n'estan actuant en conseqüència: estan preguntant al poble venecià si volen ser italians o no, si volen ser europeus o no, si volen ser occidentals o no. Però el govern català no té cap intenció per mitjà del referèndum de plantejar al poble català QUINA Catalunya vol. Suposadament ens preguntaran si volem que Catalunya sigui un Estat o no, i en cas afirmatiu, si volem que aquest sigui independent. Però no ens aclareixen fins a on arribarà aquesta independència: només de l'Estat espanyol? O també de la UE? O del FMI? o de la OTAN?

Se'ns ven des del govern català que és només l'Estat Espanyol qui ens té sotmesos, quan en realitat el propi govern espanyol es troba més sotmès encara que la pròpia Catalunya. Una Catalunya independent que no controli la seva moneda i segueixi depenent de Brusel·les i del FMI, és veritablement independent? Doncs és molt obvi que no.

La resposta a tot plegat és molt senzilla: els poders fàctics catalans, encarnats pel pacte d'Estat CiU-ERC, no volen cap mena de canvi real a Catalunya. Simplement, volen que canvii tot, per a que no canvii res. Per això tots els debats sobre què hi haurà després de la independència es posterguen, s'ajornen. Ja és omnipresent l'argument simplista i pueril de "primer la independència, després ja parlarem". Els què esgrimeixen aquest argument crec que no tenen gaire clar que els debats sobre quin model de país s'ha de tenir s'han de fer ABANS de crear el país, i no després de què aquest ja ha estat construït. Que potser un decideix quin tipus d'armari vol després d'haver-lo montat? No, oi? Un primer decideix què vol comprar, i després ho compra i ho construeix. Però el govern català està intentant colar als catalans i catalanes una enorme estafa piramidal, i el poble se n'adonarà després d'haver-la comprat. I després serà molt més difícil canviar-ho tot.

Per això, el poble català ha d'exigir ja no només que se li pregunti si vol que Catalunya sigui un Estat o no. El poble català ha de decidir COM ha de ser aquest Estat. I per aconseguir-ho, primer ha d'adonar-se'n de què els celebradors del referèndum, de moment, no ens ho volen preguntar.



ECG.